Yo quiero ser dueño de un rascacielo,
pero uno como yo quiero.
Sin ascensor ni cenicero,
la vida que fluye, que viene y que va...
Y no es que crea en alguna cábala
las ventanas son 73
y si tus ojos te sirven de cámara,
verás desde adentro y no al revés.
Las ventanas son 73, desde el techo hasta los pies.
Las ventanas son 73, es que no ves, para saltar y no al revés.
Aquí no hay lobby ni hay portero,
sólo una masa pra llorar.
Historias pobres de pobres ropas,
la sordidez de la fatalidad.
Aquí sólo hay pobres de espíritu,
los que llenan la realidad,
la gran mentira que es el cielo líquido
donde tus sueños vas a colgar.
pero uno como yo quiero.
Sin ascensor ni cenicero,
la vida que fluye, que viene y que va...
Y no es que crea en alguna cábala
las ventanas son 73
y si tus ojos te sirven de cámara,
verás desde adentro y no al revés.
Las ventanas son 73, desde el techo hasta los pies.
Las ventanas son 73, es que no ves, para saltar y no al revés.
Aquí no hay lobby ni hay portero,
sólo una masa pra llorar.
Historias pobres de pobres ropas,
la sordidez de la fatalidad.
Aquí sólo hay pobres de espíritu,
los que llenan la realidad,
la gran mentira que es el cielo líquido
donde tus sueños vas a colgar.