Polvo de amnesia, como las amapolas,
cuando fumo creo entender otros idiomas.
Soy cinturón negro de quemar y redondear piedras,
voy a lo seguro porque la suerte es muy perra,
o te hace el apaño, o te hace la c**ebra,
no confíes en ella ni en un mar de suero de la verdad.
Soplando dentro de un cerebro líquido,
el humo, me convierte en científico, habla un lenguaje nítido.
Viene a llevarme donde yo no llego,
cuado tu saldo es inferior a tu conocimiento,
ella se aprende tu dialecto,
llama a tu inspiración y a lo que estés haciendo le da un vuelco.
Liar es cortar y pegar estilo matadero,
me muevo a una velocidad menor que cero.
Oigo voces que me aconsejan ahí dentro,
el único que tiene prisa es mi cerebro y lo celebro
con restos mientras llegue la primavera
o vuelvan éstos de comer huevos,
tengo a mi creatividad ahí esperando, escondida poniéndose guapa.
Delta 9 hasta encontrar el Resplandor Plateado,
ganja es justicia más allá del resultado,
es coco y perlita, caldo de pescado,
sueños alados, es papá y mamá como los Reyes Magos.
Yo quiero fumar ganja.
Señor agente, esto no es arte floral, cuatro pavos la calada,
si quiere se lo explico con manzanas y lo del corte de alas,
tener que esconderse de alguien con placa y cinturón lleno de balas.
Y mi amiga es holandesa, no entiende su idioma,
entiende de neuronas, se carga unas y potencia otras.
Venimos jugando a este juego de unos años para acá y de momento no va mal
en el idioma del panal: visión nocturna.
Bajas frecuencias en la penumbra, una puerta tras cada curva,
para las niñas de la luz la realidad es una comba,
explotan ideas como una bomba.
Es olerla y despegar y lo demás es camuflaje,
como cuando tu jefe te dice que él no lo hace,
y lo demás sólo entorpece el drenaje de pensamientos,
sonidos y colores, vienen de un tarro de cristal, los coges.
No quiero incitar a nada a nadie,
te cuento lo que siento yo, a otros les deja gilipollas,
otros creerán ver a su Dios y al resto,
risa tonta y boca seca como Ernesto, y no les da más.
El paraíso perdido tiene una llave,
soltando el humo suave recuerdo dónde la dejé,
el paraíso perdido me limpia el aura,
el paraíso es fumar su flora con mi fauna.
Yo quiero fumar ganja.
cuando fumo creo entender otros idiomas.
Soy cinturón negro de quemar y redondear piedras,
voy a lo seguro porque la suerte es muy perra,
o te hace el apaño, o te hace la c**ebra,
no confíes en ella ni en un mar de suero de la verdad.
Soplando dentro de un cerebro líquido,
el humo, me convierte en científico, habla un lenguaje nítido.
Viene a llevarme donde yo no llego,
cuado tu saldo es inferior a tu conocimiento,
ella se aprende tu dialecto,
llama a tu inspiración y a lo que estés haciendo le da un vuelco.
Liar es cortar y pegar estilo matadero,
me muevo a una velocidad menor que cero.
Oigo voces que me aconsejan ahí dentro,
el único que tiene prisa es mi cerebro y lo celebro
con restos mientras llegue la primavera
o vuelvan éstos de comer huevos,
tengo a mi creatividad ahí esperando, escondida poniéndose guapa.
Delta 9 hasta encontrar el Resplandor Plateado,
ganja es justicia más allá del resultado,
es coco y perlita, caldo de pescado,
sueños alados, es papá y mamá como los Reyes Magos.
Yo quiero fumar ganja.
Señor agente, esto no es arte floral, cuatro pavos la calada,
si quiere se lo explico con manzanas y lo del corte de alas,
tener que esconderse de alguien con placa y cinturón lleno de balas.
Y mi amiga es holandesa, no entiende su idioma,
entiende de neuronas, se carga unas y potencia otras.
Venimos jugando a este juego de unos años para acá y de momento no va mal
en el idioma del panal: visión nocturna.
Bajas frecuencias en la penumbra, una puerta tras cada curva,
para las niñas de la luz la realidad es una comba,
explotan ideas como una bomba.
Es olerla y despegar y lo demás es camuflaje,
como cuando tu jefe te dice que él no lo hace,
y lo demás sólo entorpece el drenaje de pensamientos,
sonidos y colores, vienen de un tarro de cristal, los coges.
No quiero incitar a nada a nadie,
te cuento lo que siento yo, a otros les deja gilipollas,
otros creerán ver a su Dios y al resto,
risa tonta y boca seca como Ernesto, y no les da más.
El paraíso perdido tiene una llave,
soltando el humo suave recuerdo dónde la dejé,
el paraíso perdido me limpia el aura,
el paraíso es fumar su flora con mi fauna.
Yo quiero fumar ganja.