Los dineros del sacristán
como se vienen cantando,
también cantando se van.
Siempre recitando
aquel refrán
mi tía Marieta,
que se jugó en un día
todo el patrimonio
a la ruleta.
Seguro que fue el demonio
quien le dio
la receta:
no saldrás de apuros
si no te juegas la última peseta.
¡Ay...! Marieta,
que acabó sus días
más pobre que un
anacoreta.
¡Ay...! Marieta,
que se reía
mientras doblaba
la servilleta.
Trabajo y economía,
no lo olvides holgazana,
son segura lotería.
Siempre repetía
aquel refrán
mi tía Marieta,
que desbancó un casino
y se jugó a los chinos,
la ganancia neta.
Mi abuelo se lo decía
has perdido
la chaveta,
vacía está tu alcancía
y te has quedado
en camiseta.
¡Ay...! Marieta,
que desbancó un casino
y se jugó a los chinos,
la ganancia neta.
¡Ay...! Marieta,
que derrochó su dote
y quedó más tirada
que una bayeta.
Los catorce la maldita
tía Marieta adivinó
y se jugó la papeleta.
Metió la pata,
perdió la quita,
perdió la plata
y la camiseta,
en un arrebato,
la muy insensata,
perdió un zapato
y la peineta.
¡Ay...! Marieta
perdió la dote,
perdió el respeto,
la pobre tonta de capirote,
quedó en chancletas
con una bata
de mucho escote
color violeta.
¡Ay...! Marieta,
perdió el combate,
perdió el recato,
la tonta de remate,
la majareta,
les pinté el retrato
de mi tía Marieta,
la pobre tonta
de la pandereta.
¡Ay...! Marieta
como se vienen cantando,
también cantando se van.
Siempre recitando
aquel refrán
mi tía Marieta,
que se jugó en un día
todo el patrimonio
a la ruleta.
Seguro que fue el demonio
quien le dio
la receta:
no saldrás de apuros
si no te juegas la última peseta.
¡Ay...! Marieta,
que acabó sus días
más pobre que un
anacoreta.
¡Ay...! Marieta,
que se reía
mientras doblaba
la servilleta.
Trabajo y economía,
no lo olvides holgazana,
son segura lotería.
Siempre repetía
aquel refrán
mi tía Marieta,
que desbancó un casino
y se jugó a los chinos,
la ganancia neta.
Mi abuelo se lo decía
has perdido
la chaveta,
vacía está tu alcancía
y te has quedado
en camiseta.
¡Ay...! Marieta,
que desbancó un casino
y se jugó a los chinos,
la ganancia neta.
¡Ay...! Marieta,
que derrochó su dote
y quedó más tirada
que una bayeta.
Los catorce la maldita
tía Marieta adivinó
y se jugó la papeleta.
Metió la pata,
perdió la quita,
perdió la plata
y la camiseta,
en un arrebato,
la muy insensata,
perdió un zapato
y la peineta.
¡Ay...! Marieta
perdió la dote,
perdió el respeto,
la pobre tonta de capirote,
quedó en chancletas
con una bata
de mucho escote
color violeta.
¡Ay...! Marieta,
perdió el combate,
perdió el recato,
la tonta de remate,
la majareta,
les pinté el retrato
de mi tía Marieta,
la pobre tonta
de la pandereta.
¡Ay...! Marieta